El Cerdo Ibérico. La pureza de la raza, la crianza, el ejercicio en la libertad de la dehesa, el engorde en montanera de hierbas y bellotas de encina, alcornoque y quejigo... Son el origen de los productos de Consorcio de Jabugo, de aroma y sabor únicos.
El Cerdo Ibérico nace y crece en un entorno natural idílico, la dehesa, un ecosistema mediterráneo de creación humana formado por extensos bosques abiertos de encinar y alcornoques.
La fase de engorde en las dehesas es de octubre a marzo. Este periodo se conoce como “montanera”. Durante ese tiempo, el cerdo se nutre exclusivamente de bellotas y pastos, recibiendo una alimentación rica en glúcidos y grasas saludables, siendo mayoritario el ácido oleico, tan beneficioso para la salud.
La óptima alimentación y el continuo ejercicio del cerdo en la libertad de las dehesas contribuyen de forma decisiva a la formación de sus músculos, con la proporción perfecta entre carne y grasa necesaria para formar el veteado único característico que distingue la calidad organoléptica de su carne.